Palabra dada e incumplimiento

Dos conceptos que no deberían estar juntos, en cualquier ámbito de la vida. Cuando se da la
palabra, hasta hace unos años en este país, teníamos claro que se debía cumplir, con más
fuerza que el contrato por escrito. Ese leitmotiv ha marcado el día a día de la sociedad vasca
durante su historia, pero ahora ha perdido absolutamente su sentido, y los responsables son
tanto quienes incumplen como quienes toleran ese incumplimiento.
Y me refiero a las últimas declaraciones del artista Andueza y a la respuesta del portavoz de
EAJ-PNV en el Congreso de los Diputados con respecto a las transferencias pendientes y el
cumplimiento íntegro del Estatuto de Autonomía del País Vasco, por cierto, que es una Ley
Orgánica dentro del ordenamiento jurídico español, que triste que hayamos asumidos todos
los abertzales la renuncia a lo que consideramos nuestros derechos y pertenencia a una nación
de 6 territorios, ocupados por dos estados.
Pero vamos a las declaraciones. Ahora resulta que el traspaso de las competencias es difícil.
Para ellos debe ser difícil cumplir la ley, la ley de glorioso estado-nación, el ordenamiento que
nos obligan debemos cumplir, … Y mientras los “líderes” abertzales, o que se hacen llamar
abertzales, tragando con todo, riendo las gracias del PSOE en Madrid, en la CFN o en la CAV,
admiten que no se cumpla con lo pactado.
Algunos empezamos a estar hartos de ver a Aitor Esteban, ¿próximo miembro de EBB?, decir
que los votos de EAJ-PNV no están asegurados o a Mercedes Aizpurua, la que a Euzkadi se
traería el amanecer de Madrid, decir que han pactado no se qué, ya pactado antes, y que no se
cumpla. Algunos sentimos que no hay un verdadero nacionalismo vasco que defienda el
derecho de esta nación y lo reclame y exija SIEMPRE.
¿Cuántos calendarios ha pactado EAJ-PNV para que se cumpla íntegro el estatuto? ¿Cuántas
veces se tiene que negociar lo mismo? Yo diría que una única vez sería necesario, pero soy un
simple mortal, no como los dioses de la política vasca, de un costado y de otro, que nos dan
lecciones de compromiso patrio, mientras venden la causa vasca por sus platos de lentejas.
Si no somos capaces de hacer que cumplan sus leyes, si no somos capaces de hacer que
cumplan con los pactos, ¿cómo vamos a ser capaces de avanzar en la construcción nacional?
Ni EH Bildu ni EAJ-PNV son ejemplo de obtención real de logros, ni el PsoE ni el PP de cumplir
con la norma que les obliga. Ni respeto a la palabra dada, ni respeto a los compromisos ni
cumplimiento, eso sí, exclusivamente en lo que respeta a nuestro autogobierno y la libertad de
nuestro pueblo, que no se les olvide a unos y a otros que el objeto principal debería ser la
independencia de nuestra patria, aunque parezca que ese objetivo ahora está guardado en los
cajones más profundos de Sabin Etxea de Bilbao o de Kale Berria 10 de Iruña.
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