Aburridos del tono gris

lider gris

Sin ánimo de ser pepito grillo de nadie, pero con la necesidad interior de trasladar una humilde visión referente a la vida política del nacionalismo vasco en la actualidad. Los que hemos estado inmersos en la actividad militante del mundo abertzale podemos decir, sin riesgo a equivocarnos, que se han perdido no sólo las esencias sino el respeto, impulso y reafirmación de tal militancia.

Si bien, EAJ-PNV, como organización tractora, mudó en un Partido de cuadros hace ya bastantes años, con desprecio y relegación de la militancia a un mero papel de comparsa, y en muchos casos ni para eso. Ahora, EH Bildu, SORTU principalmente, ya que es quien gestiona “manu militari” (cierto, lleva doble intención el latinajo), se ha convertido en el nuevo PNV, con cuadros, anulación militante, … y eso que les está tocando lidiar (concepto más propio de Txikito de Amorebieta que del actual Mandela Zuria) con algo de crítica interna, que desaparece en un férreo apoyo electoral cuando corresponde.

Es decir, las dos fuerzas abertzales principales en los 7 herrialdes han cambiado su forma de relación interna, así como la transmisión de su mensaje al resto de la sociedad. Pero, la duda es si lo han hecho a mejor en beneficio de la causa vasca o a peor. Aquí, seguro que opiniones tantas como ciudadanos, la mía es que claramente la evolución ha sido a peor. Intentaré explicarme en este contexto, sin acudir a la memoria de lo que fue el nacionalismo vasco en décadas pasadas.

harritxu

Durante años, el mundo de la autoproclamada izquierda abertzale, ahora izquierda soberanista, negaba la mayor a acudir a elecciones a Cortes Generales, no hace tanto de ello, incluso proponiendo a su militancia la abstención activa en ciertos procesos electorales. Estas decisiones se gestionaban al albur de procedimientos participación interna, con debates (me consta) de fondo y forma amplios en número de participantes como de asuntos y propuestas a debatir. Hoy, poco de eso se puede ver en los procesos que han llevado a la línea estratégica-política de ese sector.

Discursos de Otegui y de otros insignes miembros de la izquierda soberanista, como decía antes que es como les gusta ahora, que sirven para un partido de corte nacionalista vasco, como para un discurso del partido comunista de Corea del Norte. Es decir, poco aberri y mucho internacionalismo. Todo unido a ceder los votos al Partido Socialista de España, sin negociación previa, para que la derecha española no gobierne en España. Mira por donde, siempre he pensado que la pelea era por lograr la independencia de la nación vasca; puesto no, ahora me queda claro que la pelea es internacional, y que a la izquierda soberanista vasca lo de vasca y soberanista le sobra bastante.

Por otro lado, tenemos a EAJ-PNV, con poca vida en batzokis y mucha vida en palacios y sedes institucionales. Basando sus políticas y gestiones en lo que digan los asesores y Consultoras (en mayúscula al ser las grandes empresas que facturan mucho por sus sesudos análisis), y cada vez menos, yo diría nada, en la opinión de sus militantes. Partido que inició un proceso de reflexión en redes sociales, en el que dejó claro que no contaba con la opinión de sus afiliados, no sea que digan que las cosas están mal y que hay mucho que mejorar.

Que llevan muchos años y que no supieron gestionar los relevos y el abandono de ese cetro, excesivo amor al control y al poder sin saber apartarse a tiempo para garantizar la pervivencia con fuerza del proyecto. Ahora, deprisa y corriendo, buscan ofrecer cierta imagen de relevo, con muy pocas caras nuevas, y con algunas que, por edad, son nuevas tampoco lo son porque llevan toda la vida en el paraguas del partido.

¿Dónde dejaron las tortillas del batzoki para pasar al caviar beluga?

Los abertzales, que haberlos haylos, estamos huérfanos de organizaciones que tengan en cuenta lo que pensamos, que cumplan con lo que dicen en sus discursos de Aberri Eguna, que estamos aburridos del tono gris y que nos gusta el tricolor de la ikurriña, y que no entendemos que un abertzale use en sus actos un piper poto que, pese a ser republicano, no representa al cuerpo de la sociedad vasca, aquí cuadra el discurso de la izquierda internacionalista que vende humo de soberanista.

Tristeza de patria, tristeza de movimientos sociales, tristeza de partidos políticos, … A finales del siglo XIX fue audaz y muchas personas estuvieron dispuestas a perder patrimonios y estatus para defender la pervivencia de la nación vasca. Hoy ni unos ni otros están dispuestos a ello, cómodos en sus poltronas y sin atender a sus militantes.

Veremos el devenir de la defensa de la causa vasca, porque creo que esto no da para más.

Autor

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Subir